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domingo, 24 de octubre de 2010

La Posición de un Vocero Comunitario ante la noticia del traslado de damnificados a la UNESR.

"Nunca el mundo ha sido tan desigual en las oportunidades que brinda, pero tampoco

ha sido nunca tan igualador en las ideas y las costumbres que impone. En el mundo sin

alma que se nos obliga aceptar como único mundo posible, no hay pueblos sino

mercados" (Galeano).


En momentos en que nuestra querida, ecológica y populosa parroquia de Caricuao pasa por momentos difíciles debido a que los acontecimientos naturales han desencadenado una serie de situaciones , donde la vida misma de muchos de nuestros parroquianos se ha visto comprometida (sin olvidar que estas situaciones también han sido potenciadas por la imprudencia, por decir lo menos, de estas persona en su afán de construir donde no deben), y ante la posición de muchos de nuestros vecinos que se debaten entre querer y no querer ayudar, me dio por escribir sobre exclusión y/o marginación, y por tratar de comprender que es lo que sucede en una sociedad donde se habla de solidaridad, de humanismo, de tenderle la mano al necesitado y todos esos “valores altruistas”, pero que cuando tenemos la oportunidad (por cierto, ojala ,no se den mas oportunidades como esta) de ponerlos en práctica nos entra un prurito que no nos deja actuar y empezamos a aplicar el pero… pero…pero…

Según nuestra muy querida Wikipedia en sociología exclusión y marginación son especie de sinónimos, y consiste en “una separación efectiva de una persona, una comunidad o un sector de la sociedad, respeto al trato social “, esto me lleva a tener la certeza de que la actitud de no querer tener cerca a personas o comunidades o sectores específicos es una actitud de exclusión, a riesgo de ser repetitivo con lo expresado en el concepto, esta es la actitud que muchos de mis vecinos han asumido ante la posibilidad cierta de que un grupo de personas, afectadas por las lluvias y que se encuentran damnificadas por ese motivo, sean trasladadas a su entorno cercano, en este caso específico a los terrenos destinados a la construcción de la sede caricuao de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez , y pienso entonces en aquellos que veo todos los domingos en las iglesias (de cualquier tipo), pienso en ¿cómo me he sentido ante situaciones en las que me considero marginado?, pienso en donde queda mi compromiso ético para darle la mano al que está en una situación difícil, como me gustaría que me la dieran a mi mismo si pasara por algo similar y me digo , caramba, estamos ante una situación donde no se compaginan el discurso y la acción por tanto comienzo a pensar en la hipocresía de la gente ante situaciones como esta, recurro de nuevo a la esclarecedora Wikipedia “La hipocresía es el acto de fingir tener creencias , opiniones , virtudes , sentimientos , cualidades , o las normas que uno no tiene realmente. La hipocresía consiste en el engaño de los demás y por lo tanto una especie de mentira .”, guao , cuantos mentirosos hay en este mi pobre país, y en especial en esta mi querida parroquia siento un dolor ajeno, una pena ajena y me digo y entonces ¿con quién cuenta Venezuela?... Carajo, seamos capaces de afrontar con dignidad y coherencia estas situaciones , la exclusión es un fenómeno social y una cuestión política, los excluidos son las caras que nos hablan de una sociedad enferma, de una sociedad capaz de disfrazase en el discurso manipulador de los que dicen que le tenderán la mano al necesitado. Cuando excluimos a una persona o a un grupo de personas no hacemos mas que considerarlas como objetos, COMO OBJETOS, AMIGOS, ni mas ni menos. Nosotros líderes comunitarios, activistas comunitarios, procuradores del bien común y seguidores de ideales supremos de igualdad, solidaridad, calidad de vida para todos , debemos reflexionar cuando asumimos esta actitud y revisarnos, pero revisarnos con R mayúscula por que algo no está bien en nosotros, no entendemos nuestra función. Las espirales de exclusión que se generan en la grandes urbes y de la que somos hoy testigos presenciales en la ecológica Caricuao lo que hacen es agudizar el resentimiento social y genera un fuerte estado de frustración en esos compatriotas que se sienten como objetos, también como dice un gran amigo luchador social de siempre nos refleja la miseria humana de quienes siendo un poco mas afortunados nos consideramos internamente como catires, ojos azules y viviendo en una opulencia general, y nuestro inconsciente colectivo como que de verdad se cree eso. Yo como católico, como activista social y comunitario, como simple persona creo firmemente que en momentos como estos es que tengo que tender la mano a mi prójimo y dejarme de pendejadas… No sigo por que me empieza a dar una picazón en el corazón y prefiero callar antes de ……

Ramón Velázquez Ramírez

Habitante de Caricuao . UD5 y Ciudadano de Caracas Venezuela.




Fotos cortesia de María Romero y Peluo Dos.

4 comentarios:

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  3. Tomado de aporrea.org

    Venezuela es parte del comercio mundial y su fisonomía espacial es el resultado de un proceso histórico de estructura colonial tanto en lo económico como social y cultural, donde lo económico prevalece para la conformación de su espacio. Los condicionantes económicos del mercado mundial, las mismas relaciones de poder, la estructura del sistema productivo interno y su tipo de vinculación con el mercado externo, le han dado una forma histórico-estructural a un espacio donde no hay sino formas especificas para responder y complacer a la economía de los países centrales.

    Como parte de este fenómeno de complacencia y del poco control de los grupos económicos locales en el sector productivo, esto hizo que en determinadas circunstancias, nuestra economía, como la del resto de los países latinoamericanos, se incorporaran al mercado mundial a través de las actividades primarias controladas desde afuera, de allí, la conformación de una economía de enclave, que fijo la estructura y la función de los espacios productivos mediante la concentración de la producción en áreas especializadas.

    Esa misma economía de enclave, en el caso de Venezuela, fue conformando un tipo de espacio dinámico para la explotación de las riquezas. Desde ese entonces, nuestra sociedad ha venido manteniendo la misma forma a pesar de la migración interna, del campo a la ciudad que fue provocada y estimulada por la explotación del petróleo, concentrando la mayor población en los centros de decisión y poder, como en la capital y áreas de explotación primaría como lo es en los campos petroleros del estado Zulia y Oriente del país.

    Esa forma de espacio de explotación primaria, fue generando un país dislocado en su dimensión espacial y una falta de sinceración en la desordenada economía, cuyos resultados se traducen en miseria, desempleo, desesperanza, cultura de la pobreza, desnutrición, analfabetismo, hambre, promiscuidad, agresividad, enfermedades tercermundista, como el dengue, ausencia de recursos imaginativos en el individuo, falta de solidaridad, mezquindad, consumismo, individualismo, desvalorización a su identidad, vergüenza étnica. Todos estos componentes fue lo que en última instancia, generó los grandes centros del poder del mundo, mientras mas pobres, mas concentración de las riquezas de unos pocos.

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  4. tomado de aporrea.org

    ORÍGENES DEL ACTUAL HACINAMIENTO URBANO...

    En estas espacialidades urbanas, se acumulan valores negativos, que acentúan la exclusión: ilegalidad en la ocupación del suelo, condiciones inadecuadas de las viviendas, hacinamiento, dificultad para acceder a los servicios públicos domiciliarios, inexistencia de equipamientos colectivos, problemas de accesibilidad y movilidad, ausencia de espacios públicos e inseguridad.

    En Venezuela, al igual que en el resto de Latinoamérica, el surgimiento y avanzada de los denominados asentamientos informales, en la constitución de las ciudades, ha sido avasallante. Actualmente, más del 50% de la población urbana vive en esta modalidad precaria del hábitat, lo que equivale a unos 14 millones de personas en una superficie de 180.000 hectáreas.

    Estas lamentables condiciones, ha impedido a estos ciudadanos disfrutar de los beneficios de la vida urbana, confinándoles a un ámbito muy reducido dentro de los límites de su barrio, su calle o su vivienda. Este es el círculo vicioso de nuestra pobreza y marginalidad urbana.

    Esta situación no es nueva, de ninguna manera. Según el médico sanitarista José María Bengoa y Lecanda, publicado en 1942, Teolinda Bolívar e Iris Rosas expresaban en 1999: "…los problemas que hoy toman para nosotros prioridad, ya se avizoraban en 1941, cuando el Área Metropolitana de Caracas apenas tenía una población de 354 mil habitantes y `las viviendas en los cerros´ contenían el 12,74% de su población total.

    Ante la difícil situación, el Estado venezolano ha ejecutado distintas actuaciones, que abarcan desde la erradicación de los asentamientos informales hasta su reconocimiento y habilitación. La sustitución de ranchos existentes por viviendas salubres dentro de la Política Nacional de Vivienda del Banco Obrero, formulada en 1946, o la denominada Batalla contra el Rancho de 1952, corresponden a las primeras actuaciones.

    Las más recientes, de reconocimiento y habilitación, se enmarcan en la Ley Orgánica de Ordenación Urbanística (LOOU) de 1987 y la Política Nacional de Vivienda de 1999.

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